Uso doméstico del agua: hábitos, productos y dispositivos que reducen nuestro impacto ambiental

El concepto de educación ambiental nació en la Declaración de Estocolmo en 1972 y, desde entonces, el 26 de enero se celebra el Día Mundial de la Educación Ambiental. Con motivo de esta fecha señalada, desde LIFE RESEAU queremos recordar que una educación ambiental adecuada ha de perseguir el aprovechamiento óptimo y responsable de recursos, en especial de aquellos que, como el agua potable, son escasos.  

De hecho, muchos recursos hídricos están en riesgo por la escasez de lluvias o debido a la gestión de los recursos disponibles, lo que ha generado una disminución en el caudal de ríos y acuíferos, que afecta a los ecosistemas y a las personas. Ante esta situación, es esencial adoptar medidas para reducir el consumo de agua en los hogares, así como promover el uso de dispositivos y fomentar hábitos que permitan ahorrar agua. 

Un recurso escaso 

Según un informe reciente de la Agencia Europea del Medioambiente, cada hogar consume una media de 265 litros de agua al día por habitante. Parece una cifra muy alta, pero cobra más sentido si tenemos en cuenta los siguientes datos: 

Si lavar la ropa consume de 60 a 100 L de agua, la limpieza del hogar puede llegar a implicar de 15 a 40 L adicionales. Lavar los platos a mano supone un consumo de 100 L, mientras que con un lavavajillas la cifra puede llegar a bajar hasta los 18. Una ducha oscila entre 35 y 70 L, mientras que optar por un baño puede implicar el uso de hasta 200 L de agua; e incluso regar las plantas puede implicar el consumo de otros 15 L adicionales. 

Asimismo, la contaminación es una de las causas del cambio climático, y por eso es importante reducir nuestra contribución individual, y aunque no solemos preguntarnos a dónde van a parar todos los efluentes que generamos, la sostenibilidad de las redes de saneamiento, que son equipamientos estratégicos en las políticas de salud, está estrechamente vinculada con el bienestar de la sociedad y con la salud del medioambiente que nos rodea. 

10 trucos para un uso responsable del agua 

Llevando a cabo pequeñas acciones diarias podemos crear hábitos que deriven en que nuestro consumo y estilo de vida sean aliados para conservar un recurso vital como es el agua. A continuación, os contamos 10 hábitos, dispositivos o productos que pueden ayudarnos a ser más conscientes del impacto que tienen nuestras acciones sobre el medio ambiente y reducir nuestra huella hídrica: 

  1. Evita tirar objetos como toallitas húmedas, colillas o bastoncillos por el desagüe. En su composición incluyen microfibras y microplásticos que son altamente contaminantes, lo que hace casi imposible su degradación en el agua. Por lo tanto, pueden atascar tuberías y conductos de los sistemas de depuración, complicando la gestión de residuos. 
  2. No tires aceites, grasas o restos orgánicos, como el residuo del café, por el desagüe. Contribuyen a atascarlos y pueden implicar malos olores, riesgos ambientales, formación de moho y daños estructurales. 
  3. Haz un consumo eficiente y responsable del agua, cerrando el grifo mientras te cepillas los dientes o lavas los platos, ahorrando hasta 6 L/minuto; o esperando a que la carga de tu lavadora o lavavajillas esté completa antes de iniciar el lavado. 
  4. Instala sistemas de recolección de agua de lluvia para utilizarla en tareas donde no es necesario que el agua empleada sea potable, como regar plantas o limpiar, liberando así la capacidad en la red de drenaje. Y, en cuanto al riego, espera a que caiga el sol, porque evitarás malgastar hasta un 30% debido a la evaporación.  
  5. Utiliza detergentes biodegradables en la lavadora. 
  6. Reduce el uso de lejía para fregar el suelo. 
  7. Opta por electrodomésticos con certificación de eficiencia hídrica para reducir el consumo de agua en actividades diarias. Su menor consumo de agua y electricidad se verá reflejado tanto en tu factura eléctrica, como en el medioambiente.  
  8. Coloca rejillas en los sumideros para evitar el paso de pelos, restos de comida, etc. por los desagües. 
  9. Emplea aireadores en los grifos. Gracias a estos pequeños dispositivos que se enroscan en el grifo, se consigue reducir el caudal de salida que, al estar mezclado con aire, no implicará una reducción de la presión que resulte perceptible o incómoda. 
  10. Opta por instalar cisternas de doble pulsador, para emplear la cantidad justa de agua en función de la necesidad. 

Algunas de las recomendaciones expuestas tienen un impacto directo sobre las redes de saneamiento, sobre las que actuamos desde LIFE RESEAU. Pero, en general, unos mejores hábitos en el consumo de agua afectan de forma positiva a la gestión del saneamiento. Es decir, que la suma de nuestras aportaciones individuales, junto con el trabajo que se lleva a cabo en iniciativas como LIFE RESEAU pueden marcar la diferencia y contribuir a incrementar la resiliencia de las infraestructuras y redes de saneamiento.