Aerial image of Kirk hurricane
Huracán Kirk: una llamada a la acción para abordar los impactos del cambio climático. ¿Pueden nuestras redes de saneamiento gestionarlo?

El aumento de las temperaturas oceánicas, una consecuencia directa del cambio climático, ha sido advertida durante mucho tiempo por expertos en el clima como una de las causas que dará lugar al desarrollo de huracanes más potentes. A medida que las aguas más cálidas se expanden, también lo hacen las regiones donde los huracanes pueden formarse y sobrevivir, lo que significa que las tormentas hoy en día pueden viajar más lejos y mantener su intensidad durante más tiempo.

La tormenta Kirk, originada como un huracán, es un ejemplo reciente de este fenómeno. Manteniendo una fuerza significativa a medida que cruzaba el Atlántico, destaca una amenaza creciente: el potencial de que tormentas más fuertes lleguen a las costas europeas. Impactó particularmente en las provincias de Pontevedra, donde se encuentra Moaña, y A Coruña, trayendo todavía fuertes lluvias y vientos intensos a Galicia el 9 de octubre de 2024.

El huracán Ophelia, que ocurrió en 2017, tiene muchas similitudes con Kirk. Siguió un recorrido inusual a través del Atlántico y finalmente golpeó Irlanda como una potente tormenta. Aunque los daños de Ophelia no fueron catastróficos, sí que expuso la vulnerabilidad de regiones no acostumbradas a este tipo de fenómenos, lo que sugiere que Europa puede enfrentar un riesgo creciente de ciclones en el futuro impulsado por patrones climáticos cambiantes.

El riesgo para las redes de saneamiento y LIFE RESEAU

La combinación de tormentas más intensas y eventos de lluvia más fuerte plantea un riesgo significativo para nuestras redes de saneamiento. Estas infraestructuras, en particular los sistemas unitarios que gestionan tanto aguas residuales como pluviales, fueron diseñados en base a patrones climáticos históricos. Sin embargo, cada vez más estos sistemas están siendo insuficientes debido a los mayores volúmenes de agua asociados a los eventos climáticos derivados del cambio climático.

Es por eso que se concibió el proyecto LIFE RESEAU, para desarrollar y probar soluciones que mitiguen el impacto de las lluvias intensas en el norte de Europa, donde muchas infraestructuras urbanas de aguas residuales ya están luchando para soportar el aumento de las precipitaciones.

¿Cuáles son las principales consecuencias de la insuficiencia en la capacidad?

Cuando los sistemas de saneamiento se ven desbordados por lluvias excesivas, a menudo descargan aguas residuales directamente en ríos, lagos y océanos. Estos alivios resultan en contaminación ambiental, dañando los ecosistemas acuáticos.

Además, la entrada repentina de agua de lluvia puede sobrecargar las plantas de tratamiento de aguas residuales, reduciendo su efectividad. Como están diseñadas para gestionar capacidades específicas para las que pueden proporcionar un tratamiento adecuado, cuando este caudal supera su capacidad, el proceso puede volverse menos eficaz, lo que lleva al vertido de agua parcialmente tratada al medio ambiente.

¿Cuál es el enfoque de LIFE RESEAU para gestionar los eventos de precipitaciones intensas?

El proyecto LIFE RESEAU se centra en la modernización de los sistemas existentes para ampliar la capacidad de tratamiento y mejorar la toma de decisiones. Sus soluciones clave impactan tanto en la infraestructura como en la forma en que estas se planifican y operan. Esto incluye Reactores Avanzados de Biopelícula y Unidades de Gestión de Aguas Pluviales, tecnologías diseñadas para aumentar la capacidad de las instalaciones de tratamiento de aguas residuales durante eventos climáticos extremos sin requerir más terreno. Además, un Sistema de Soporte a la toma de Decisiones, llamado SiiMS, incluye herramientas de monitoreo predictivo, lo que permite una mejor anticipación y respuesta a eventos de lluvias intensas.

Imagen destacada: Image of the day: Hurricane KirkCréditos: European Union, Copernicus Sentinel-X3 imagery