Últimas normas de la UE sobre tratamiento de aguas residuales urbanas

Las aguas residuales urbanas son una de las principales fuentes de contaminación del agua si no se recogen y tratan adecuadamente. El nivel de cumplimiento de la Directiva es elevado en toda la UE, con un 98% de las aguas residuales recogidas y un 92% tratadas satisfactoriamente, según la cobertura actual de la Directiva.

Sin embargo, sigue habiendo contaminación que no está contemplada en las normas actuales y que debe abordarse para lograr un medio ambiente libre de contaminación en 2050.

La propuesta pretende proteger mejor la salud de los europeos y el medio ambiente. Más concretamente, la revisión pretende:

 

  1. Hacer que el sector de las aguas residuales sea neutro desde el punto de vista energético y avanzar hacia la neutralidad climática reduciendo el uso de energía, utilizando las mayores superficies de algunas plantas de tratamiento de aguas residuales para producir energía solar/eólica, fomentando la reutilización del agua y utilizando los lodos para producir biogás, que puede sustituir al gas natural.
  2. Responsabilizar a la industria del tratamiento de los microcontaminantes tóxicos (principio de “quien contamina paga”) que se liberan al medio ambiente por el uso de sus productos, especialmente los residuos nocivos del sector farmacéutico y cosmético.
  3. Mejorar el acceso al saneamiento en los espacios públicos y para los 2 millones de personas más vulnerables y marginadas de la UE.
  4. Exigir el seguimiento de los parámetros sanitarios de las aguas residuales para mejorar la preparación de la UE frente a pandemias u otras amenazas importantes para la salud pública, como se está haciendo actualmente para COVID-19.

La nueva normativa amplía el ámbito de aplicación de la Directiva existente a las ciudades de más de 1.000 habitantes, ampliando su cobertura desde el umbral anterior de 2.000 habitantes.

Ahora se incluye la gestión de las aguas pluviales, y los Estados miembros de la UE tienen el mandato de establecer planes integrales de gestión integrada de las aguas residuales urbanas, inicialmente para las ciudades de más de 100.000 habitantes, y más adelante para las de 10.000 residentes cuando sea necesario.

Estas medidas reducirán eficazmente la materia orgánica, el nitrógeno, el fósforo, la hojarasca y los microplásticos en las masas de agua. Además, introducen una mejor supervisión de los sistemas individuales, como las fosas sépticas, normas más estrictas sobre nutrientes y normativas sobre microcontaminantes.

Además, la normativa estipula el control de las emisiones de gases de efecto invernadero y de los microplásticos.

En 2040, las nuevas normas:

 

  • Ahorrar casi 3.000 millones de euros al año en toda la UE.
  • Reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en más de un 60% respecto a 1990.
  • Disminuir la contaminación del agua en más de 365 mil toneladas.
  • Limitar las emisiones de microplásticos en un 9%.

En este sentido, el proyecto Life Reseau pretende contribuir a reducir la contaminación procedente de las aguas residuales no tratadas.. En la actualidad, las infraestructuras de aguas residuales urbanas, especialmente en el norte de Europa, se ven afectadas por el aumento de las precipitaciones anuales y la mayor frecuencia de episodios de precipitaciones intensas debido al cambio climático. Por ello, LIFE RESEAU pretende reducir hasta en un 100% los vertidos de aguas pluviales no tratadas (SWO) en zonas de precipitaciones intensas. Para ello, desarrollará y validará una solución novedosa para reequipar y mejorar las estaciones depuradoras de aguas residuales (EDAR) convencionales de lodos activados (CAS) y las redes combinadas de alcantarillado (RSC).